INFORMAR NO ES ESTIGMATIZAR

Reproducimos texto de la carta remitida a varios periódicos nacionales.

 Apreciada Directora Correo de lectores


 S/D


Desearíamos publicar esta carta, en relación a datos que se han hecho públicos y pertenecen a la intimidad de una menor.


INFORMAR NO ES ESTIGMATIZAR


En unos tiempos en los que, afortunadamente, el derecho a la intimidad de las personas  está protegido, y mucho más si se trata de menores, podemos leer y oir, en los medios de comunicación, constantes referencias a la condición de adoptados cuando la noticia se refiere a la actuación negativa de algún niño o niña que se ha integrado a la familia mediante ese proceso. Algún incauto podría pensar que la adopción está en el origen de todos los actos negativos y/o conflictos de un niño/a o adolescente.


La cuestión no es baladí porque, al indicar que ese/a menor ha cometido algún acto delictivo, no sólo se viola el derecho a su intimidad al indicar su condición de adoptado, sino que, además, se produce la estigmatización de todos los menores que pertenecen a ese extenso colectivo. ¿ Por qué se incluye ese dato ? ¿ Alguien puede creer que esa condición es causante del delito?


Si repasamos las noticias de los últimos diez años, podemos constatar que, la participación de un menor adoptado en un delito o agresión contra su familia o contra la sociedad, es nimia frente a las agresiones de violencia de género, malos tratos a menores, parricidios e infanticidos qué desgraciadamente llenan nuestros noticiarios y que están perpetrados por personas «de la misma sangre».

Exigimos un respeto para esas familias que han escogido satisfacer su deseo de ser padres mediante la adopción de un niño/a ya nacido/a, corrigiendo, a base de responsabilidad y amor, lo que los padres biológicos no han sabido o podido hacer, que es integrar a esos menores en una familia para que formen parte de ella plenamente. Son sus hijos y el término adopción quedó allá lejos, como el nombre del trámite legal que sustituyó al parto.


Los niños, adoptados o no, nacen, crecen, se convierten en adolescentes y luego en adultos, y su vida y circunstancias dependerán de muchos factores:  familiares, ambientales, personalidad, educación, relaciones con otros menores, y es todo eso lo que les irá formando a lo largo de los años.


Carmen Cano

Directora

Beatriz Salzberg

Directora Área Psicosocial